Cuento: “Mecánico del alma”:
Una vez iba un hombre en su auto por una larga y muy solitaria carretera cuando de pronto su auto comenzó a detenerse hasta quedar estático. El conductor bajó, lo revisó, trató de averiguar lo que tenía.
En ese momento, apareció otro automóvil, del cual bajó un señor a ofrecerle ayuda. El dueño del primer auto dijo:
– Mire, este es mi vehículo de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que usted, sin ser el dueño, pueda o sepa hacer algo.
El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primero dijo:
–Está bien, haga el intento, pero no creo que pueda, pues este es mi auto.
El segundo señor echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y pudo arrancarlo.
El primer hombre quedó atónito y preguntó:
– ¿Cómo pudo arreglar el fallo si es mi auto?
El segundo contestó:
– Verá, mi nombre es Felix Wankel… (Ingeniero alemán –agosto 1902/octubre 1988-, inventor del motor rotativo Wankel; un diseño de motor a explosión sin cilindros que constituye una significativa mejora sobre los diseños tradicionales). Yo inventé el motor rotativo que usa su auto.
Cuántas veces decimos: Esta es MI vida; este es MI destino; esta es MI casa… ¡Déjenme a mí, sólo yo puedo resolver construir mi destino y mi felicidad…
Pero… Te voy a hacer unas preguntas:
¿Quién hizo la vida?
¿Quién hizo el tiempo?
¿Quién creó la familia?
Sólo aquel que es el autor de la vida y el amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida. Sólo aquel que te creó puede decirte exactamente en qué consiste la FELICIDAD y cuál es el camino para hallarla. ¡Confía en Él!.
“…Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios”. (Lc 6,20)
Guión Litúrgico: