Cuento de Navidad: “El artista que buscaba inspiración”:
Esta es la historia de un artista que, insatisfecho de su trabajo, un día le dijo a su esposa: -Me voy de viaje. Necesito encontrar la inspiración para pintar mi obra maestra.
Viajó por muchos países: contempló mucha belleza, pero no encontró lo que andaba buscando. Un día salió a pasear, detuvo a una novia el día de su boda y le preguntó: -Dime, por favor, ¿qué es para ti lo más hermoso del mundo?
Ella le contestó con mucha naturalidad: -El amor.
El artista continuó su camino pensativo. ¿Cómo pintar el amor?
Poco tiempo después, encontró un soldado que volvía de la guerra. El pintor le sorprendió: -¿Cuál es la cosa más bella del mundo? El soldado le contestó sin dudar: -La paz. Y el artista apesadumbrado se preguntaba: ¿cómo pintar la paz?
Siguiendo su búsqueda se acercó a un creyente que iba camino del templo y le hizo la misa pregunta. El creyente contestó: -La fe es la cosa más bella del mundo.
Y el artista continuó pensativo: ¿cómo pintar un cuadro de la fe?
Casi desesperado de tanta búsqueda de inspiración, volvió, cansado, a su casa. Pero a su llegada la esposa, lejos de reprocharle su huida, lo recibió con ternura y cariño. Y el artista encontró el amor del que había hablado la novia. Todo en su hogar respiraba tranquilidad y seguridad. Era la paz de la que le había hablado el soldado. Y cuando sus hijos le besaban, vio en los ojos de los niños la fe del creyente. Había encontrado en su hogar la inspiración que andaba buscando afanosamente fuera de la casa. Su familia era el mejor cuadro para inspirarse y pintar el amor, la paz y la fe.
La historia del artista que va buscando lo más bello lejos de casa, del hogar, de la familia, es la historia de cada uno de nosotros.
Vivimos la realidad familiar muchas veces desde la inconsciencia, dejando que la monotonía se apodere de las relaciones humanas que en ella se dan, llegando a la indiferencia y a las minusvaloración de la familia y de sus integrantes. Vamos buscando vida, amor y fe, y no nos damos cuenta de que todo eso lo tenemos en casa.
"Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en un pesebre”. (Lc 2,16).
Guión Litúrgico: