DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO

CICLO B

JESÚS NOS INVITA A ESTAR CON ÉL.


“Vieron dónde vivía y se quedaron con él”. (Jn 1,35-42)
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: "Éste es el Cordero de Dios." Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: "¿Qué buscáis?" Ellos le contestaron: "Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?" Él les dijo: "Venid y lo veréis." Entonces fueron, y vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)." Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)."




Reflexión: “El Lago”:

El lago no es sólo un gran charco de agua. Hay otros elementos diversos y "personales" integrados en comunidad: la montaña, los árboles y arbustos, pájaros, patos, insectos... y más adentro, en lo profundo, los peces. En toda comunidad/lago se encuentran algunos de estos elementos.

Los ARBOLES: miran al lago de lejitos, se nutren de él pero no se mojan... Son los que ven actuar al grupo pero miran desde afuera, no se animan a meterse mucho, pues no sienten, no ven o no quieren compartir el compromiso. No obstante, algunos colaboran con apoyo logístico para que el lago sea lo que debe ser.

Los PAJAROS: sobrevuelan la superficie, alegran con su canto, dan vida al paisaje. Pero también desde afuera. Dependen mucho del mundo exterior. Y si el lago no les ofrece todo lo que pretenden, vuelan a otro, y así, migratorios, se sirven del lago más que procurar servir ellos al lago.

Los PATOS: pasan en la superficie la mayor parte del tiempo, sólo se meten zambulléndose para alimentarse. Y son de temporadas...

Los TABANOS: ¡qué molestos ! Son los aguafiestas. Siempre zumbando alrededor. No saben alimentarse sin molestar. Opacan alegrías, sobre acentúan las tensiones, ponen los nervios "de punta", y cuando se posan sobre alguno, pican con dolor y hasta con posterior infección. Menos mal que duran poco, y si sopla un poco de viento fresco, no molestan más.

Los PECES: viven metidos en silenciosa convivencia, se mueven con libertad; en el lago están como en su casa. Pocos los ven, aunque muchos saben de su presencia. Se nutren en su ambiente.

Nosotros, lo mismo que esos primeros discípulos, tenemos que aprender a pasar el día con Jesús, tenemos que aprender a quedarnos con Jesús, a vivir en él como los peces en el lago. No es simplemente oírle a lo lejos, ese no es el ideal del discípulo, el discípulo le escucha de cerca, aprende a convivir con Él.

“Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí”. (Jn 15,4).


Guión Litúrgico:

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